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Mostrando las entradas de octubre, 2009

Las promesas de Dios, para participar en la naturaleza divina

Leamos en 1a Pedro 1:2-4 (2Pe 1:2) Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. (2Pe 1:3) Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, (2Pe 1:4) por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; En la introducción a su segunda carta, el apostol Pedro hace varias declaraciones importantes, con respecto a lo que Dios nos ha dado a través de Jesucristo. Veamos: La gracia y la paz, que solo Dios da a través de la fe en su Hijo Jesucristo, son multiplicadas a través del conocimiento que tenemos de Dios Padre y Dios Hijo . Creanme, no hay mayor bendición que conocer más y más a el Unico Dios Verdadero. No hay mayor bendición que conocer real y c

Dios ve el odio (cualquiera de sus expresiones) como asesinato

Leamos en Mateo 5:21-22: (Mat 5:21) Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. (Mat 5:22) Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Si revisamos, esto forma parte del discurso del Señor Jesúcristo conocido como "el Sermón del Monte". Siempre me había preguntando antes, como era esto de que si llamaba a mi hermano "fatuo", que me exponía al fuego del Infierno... que interesante que leyendo ambos versículos, la respuesta salta a nuestros ojos. Según lo que investigué, aquí hay varias cosas que entender de la cultura judicial judía, para comprender mejor lo que el Señor Jesús quería expresar: El " juicio " correspondio al grupo de ancianos de cada ciudad (algunos mencionan que eran 7 o 23), que tenían la capacidad