En el mensaje a Laodicea, el último dirigido a las 7 iglesias en Asia, Jesucristo hace esta declaración:
Apoc. 3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
Aunque pudieramos hablar mucho sobre este mensaje, que muchos eruditos bíblicos han mencionado que describe el estado de la Iglesia en nuestro tiempo, quisiera llamar la atención de que en este versículo se mencionan 2 tronos.
El primer trono, es aquel que comparte con aquellos que vencieron. Según la Biblia, la perseverancia de los santos es una condición del creyente. En pocas palabras, el creyente persevera porque Dios lo mantiene en el camino, el creyente por si solo no puede vencer, Dios es el que lo hace perseverar y vencer.
Este trono, se ha dicho que será el trono terrenal que tendrá Cristo en su reinado milenial (Apocalipsis 20). El versículo 4 de ese capítulo, describe este reinado. Aunque en este mundo, se vea que su reinado no se ha establecido, así será, y regirá las naciones con vara de hierro (Apoc. 2:27, 12:5, 19:15). Este trono es el que comparte con los santos
El segundo trono, es el trono que comparte con su Padre celestial. Este trono es el trono celestial, aquel en el que no se puede sentar ninguna criatura, sino solo el Creador. Es el trono Divino, que Jesús no compartirá con nadie, sino solo con su Padre.
Es interesante notar esta diferencia, porque aunque ahorita Cristo está en su trono celestial (Apoc. 3:20, 5:13), pronto vendrá a dominar a las naciones y tomar el trono terrenal que le corresponde, el cual compatirá con los creyentes.
Adoremos a Jesús, que es digo de tomar y regir desde los dos tronos, ya que es suyo "el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza" (Apoc. 5:12)
Apoc. 3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
El primer trono, es aquel que comparte con aquellos que vencieron. Según la Biblia, la perseverancia de los santos es una condición del creyente. En pocas palabras, el creyente persevera porque Dios lo mantiene en el camino, el creyente por si solo no puede vencer, Dios es el que lo hace perseverar y vencer.
Este trono, se ha dicho que será el trono terrenal que tendrá Cristo en su reinado milenial (Apocalipsis 20). El versículo 4 de ese capítulo, describe este reinado. Aunque en este mundo, se vea que su reinado no se ha establecido, así será, y regirá las naciones con vara de hierro (Apoc. 2:27, 12:5, 19:15). Este trono es el que comparte con los santos
El segundo trono, es el trono que comparte con su Padre celestial. Este trono es el trono celestial, aquel en el que no se puede sentar ninguna criatura, sino solo el Creador. Es el trono Divino, que Jesús no compartirá con nadie, sino solo con su Padre.
Es interesante notar esta diferencia, porque aunque ahorita Cristo está en su trono celestial (Apoc. 3:20, 5:13), pronto vendrá a dominar a las naciones y tomar el trono terrenal que le corresponde, el cual compatirá con los creyentes.
Adoremos a Jesús, que es digo de tomar y regir desde los dos tronos, ya que es suyo "el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza" (Apoc. 5:12)
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