Hola, que tal, les comparto algunos versículos conocidos de los salmos:
Salmo 1:1-2 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Sal. 119:97 ¡Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación.
Es bien interesante, porque la mayoría de los Salmos se escribieron en la época de David. Si nos ubicamos en este contexto histórico, solo estaban escritos, en papel, los siguientes libros de la Biblia:
Con seguridad, solo 6 libros de los 66 que tenemos, no llega ni al 10%. Y más aún, el salmista dice que era su delicia, su mayor deseo y anhelo, lo más grato para el, meditar en la Ley de Dios.
¿Qué es meditar? En pocas palabras, es que tu mente se ocupe en un versículo o pasaje de la Biblia, y pensar continuamente en este, mientras Dios te va enseñando, es un proceso activo de pensamiento y discernimiento.
Y fíjense, porque no había los Salmos, los Proverbios y otros libros que se prestan "más" a la meditación. Y el término "Ley" normalmente se dedicaba a los puros libros del Pentateuco.
¿Qué meditaban? Las historias de los patriarcas, el diseño del tabernáculo, los mandamientos, las fiestas, los sacrificios, las genealogías (uy!)... temas que normalmente no son objeto común de estudio y meditación el día de hoy.
Pero el salmista decía "yo AMO meditar en ESO". ¡Qué gran lección!
Y nosotros, que tenemos la revelación escrita completa de Dios, tenemos un privilegio que el salmista no tuvo, poder meditar en el pleno consejo de Dios.
¡Aprovechemos ese privilegio!
Salmo 1:1-2 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Sal. 119:97 ¡Oh, cuánto amo yo tu ley!
Todo el día es ella mi meditación.
Es bien interesante, porque la mayoría de los Salmos se escribieron en la época de David. Si nos ubicamos en este contexto histórico, solo estaban escritos, en papel, los siguientes libros de la Biblia:
- El Pentateuco (Génesis a Deuteronomio)
- Job (el libro más antiguo de la Biblia)
- Y tal véz Josué y Jueces (aunque no es del todo seguro)
Con seguridad, solo 6 libros de los 66 que tenemos, no llega ni al 10%. Y más aún, el salmista dice que era su delicia, su mayor deseo y anhelo, lo más grato para el, meditar en la Ley de Dios.
¿Qué es meditar? En pocas palabras, es que tu mente se ocupe en un versículo o pasaje de la Biblia, y pensar continuamente en este, mientras Dios te va enseñando, es un proceso activo de pensamiento y discernimiento.
Y fíjense, porque no había los Salmos, los Proverbios y otros libros que se prestan "más" a la meditación. Y el término "Ley" normalmente se dedicaba a los puros libros del Pentateuco.
¿Qué meditaban? Las historias de los patriarcas, el diseño del tabernáculo, los mandamientos, las fiestas, los sacrificios, las genealogías (uy!)... temas que normalmente no son objeto común de estudio y meditación el día de hoy.
Pero el salmista decía "yo AMO meditar en ESO". ¡Qué gran lección!
Y nosotros, que tenemos la revelación escrita completa de Dios, tenemos un privilegio que el salmista no tuvo, poder meditar en el pleno consejo de Dios.
¡Aprovechemos ese privilegio!
Comentarios
Y me gusto mucho eso que mencionas de que sin El no podemos llegar a la meta. Su poder realmente nos anima, nos levanta, y pone sus deseos en nosotros.
Tu hermano Carlos